miércoles, 24 de agosto de 2011

Los Primeros Periódicos del Interior de Panamá

El libro segundo de las memorias de mi abuelo trata de una recopilación extensa del desenvolvimiento de actividades periodísticas en Panamá desde el 1947 al 1989. Adjunto un extracto de la introducción que es interesante por nombrar todos los esfuerzos en desarrollar el periodismo interiorano. En sus entonces como ahora, los esfuerzos se enfocaban en utilizar cualquier recurso con la mayor creatividad posible. A mi me gusta mucho el concepto de "mural portátil":

Me propongo dividir esta segunda parte de mis Memorias en una sección dedicada a los periódicos que aparecieron en diferentes poblaciones del interior durante la primera parte de mi vida profesional periodística. Eso incluirá tanto las publicaciones mimeografiadas como las impresas. El lector observará que todas ellas vivieron poco y ninguna sobrevive en la actualidad, pero cada una de ellas, en mayor o menor grado, representa un esfuerzo por utilizar alguna forma de medio de comunicación social para recoger los sentimientos y pensamientos del pueblo, y darles la divulgación posible a fin de que los problemas sean resueltos, las necesidades satisfechas, y los anhelos de superación alcanzados...

La Biblioteca Municipal, por gestión de su director Vargas, recibía por correo, ya terrestre en toda su extensión, un ejemplar de cada periódico que se publicaba en la capital. Además de La Estrella, recuerdo El Tiempo y El Panamá América, así como el semanario Mundo Gráfico.

Por ese tiempo, conocí el primer periódico editado en una máquina de escribir. Se publicaban solamente dos ejemplares: el original y una copia a papel carbón. Se titulaba El Sol de Veraguas y lo redactaba y mecanografiaba doña Angélica Pinilla de Riera, maestra en la escuela rural de Cañacillas, un caserío campesino ubicado a una hora a pie de Santiago.

Años más tarde, conocí otro periódico publicado en Soná, ciudad veragüense. Se llamaba Antorcha y lo editaba a mimeógrafo el educador Pablo Calvo, Inspector de Instrucción Pública del Distrito Escolar de Soná, con la colaboración de don José Della Togna y otros distinguidos sonaeños.

No sé si Antorcha fue el primer periódico mimeografiado que se publicó en Veraguas, ni tampoco si ya lo que posteriormente se clasificó como «periodismo chico» tenía precedentes en otros lugares del país. Fue, eso sí, el primero que yo conocí y todavía recuerdo que estaba muy cuidadosamente elaborado y que publicaba informaciones y comentarios muy valientes y combativos.

Posteriormente, mientras laboraba en la escuela campesina de La Peña como maestro de enseñanza primaria, ensayé la publicación de un "mural portátil". Era una especie de tablero portátil y plegable en el que mis alumnos pegaban las «noticias», «las composiciones» y otros trabajos que realizaban como parte de los cursos de lenguaje. El mural se colocaba un día en la Corregiduría, otro en cada una de las dos abarroterías que había en el pueblo y los demás en diferentes «salones» de la escuela.

Luego, cuando fui profesor de Español en el Primer Ciclo Ángel María Herrera, de Penonomé, en la Escuela Normal de Santiago y en el Liceo de Señoritas, organicé clubes de español que publicaban periódicos mimeografiados. Recuerdo Senderos, Antorcha y Amanecer entre otros. Y recuerdo también que entre los muchos estudiantes que dirigían y redactaban aquellos periódicos mimeografiados estaban Carlos Alfredo López Guevara, Celedonio Guardia, Reina Cristina Torres, Generoso G. Guardia, Silvestre Tenorio Ruíz, Melida Ruth Sepúlveda, Andrés Cantillo, los hermanos Sergio y Franklyn Anguizola y otros que luego fueron prominentes profesionales en las más diversas disciplinas, incluyendo el periodismo.

Se explica así el interés que, cuando comencé a laborar profesionalmente en el periodismo, en el diario La Hora, prestaba a los periódicos mimeografiados que me llegaban procedentes de diferentes poblaciones interioranas. Para mí, esa llamada «prensa chica» realizaba una labor de extraordinaria importancia, porque recogía y divulgaba las inquietudes, necesidades y aspiraciones de grupos progresistas, empeñados casi siempre en campañas cívicas y sociales en beneficio de sus pueblos. La mayoría de esos «periodiquitos» circulaban solamente en tirajes de cien o menos, suficientes para las poblaciones a las que iban dirigidos. Pero hubo algunos, como El Cholo y El Punto, durante varios años publicados en Santiago de Veraguas, que ganaron circulación nacional.

Oportuno es recordar que cuando, en marzo de 1947, me inicié en el meridiano La Hora, cubría solamente una crónica diaria, titulada La Hora en el interior. El propósito era abrir espacio a los temas y asuntos interioranos en un periódico nacional. Según opinión del Lic. Manuel María Valdés, propietario y director del periódico, la idea fue bien acogida pues el diario ganó rápidamente amplia circulación en el interior.



martes, 12 de abril de 2011

Sequía Vista por el Doctor Lasso De la Vega

Reproduzco íntegramente las notas de mi abuelo.

El doctor Jose N. Lasso De la Vega era un distinguido catedrático en la Universidad de Panamá y prominente miembro del pequeño grupo que constituía "la intelectualidad" panamena. Escribió un ensayo titulado "La originalidad en la literatura panameña: SEQUIA Y PLENILUNIO". Fue publicado en el suplemento "Artes, Ciencias y Letras" que aparecía en la edicion dominical del diario "El Panamá América" y que estaba a cargo del historiador y critico literario don Rodrigo Miró.

Tengo la impresión, absolutamente subjetiva, de que el doctor Lasso De la Vega estaba especialmente impulsado por el propósito de discutir los muchos méritos de la ya famosa novela de Sinán -- que no sólo había merecido la más alta distinción en Panama sino también en Chile-- que enaltecer mi cuento. No me parece apropiado comparar un cuento con una novela, que es como comparar marañones con manzanas ni analisar la creación de un aficionado con la madura obra de un maestro plenamente consagrado no solo en la novela y el cuento sino también en la poesía.

Por ello, reproduzco a continuación sólo una parte del ensayo del doctor Lasso De la Vega: aquella que se refiere específicamente al cuento "Sequía":

"Este cuento ( "Sequía" ) constituye un verdadero acontecimiento literario en nuestro país. Con él, Mario Augusto se coloca repentinamente a la cabeza de la intelectualidad panameña.

"No es una obra artistica para cofradias de literatos. Es un cuento que sale de nuestro ambiente y va para cualquier parte. Su fuerza esta en su universalidad. Lo que podrían hacer los críticos es contener momentaneamente su expansión natural pero no podrán evitarla.

"Sequía" será leído con emoción en nuestro Panamá. Lo leerán lo mismo en Lima que en Rio de Janeiro, en cualquiera de los círculos literarios de Paris. Se podrá leer también en Londres ... y en Moscú.

"Se trata de una obra de verdadera creación artística. Mario Augusto ha intuído un episodio de la vida campesina panameña sin artificios, sin deseos de impresionar, sin rebuscamientos. La creación del tema contiene su realización y es eso lo que le ha permitido llegar con facilidad a un perfecto encauzamiento formal.

"La caracterfstica del cuento es su originalidad, pero es una originalidad universal porque es nacional. La espontaneidad que domina en todo el relato contiene o es ella misma el sentido nacional.

"Sequía" rectifica vigorosamente el movimiento. Sacude a la literature panameña, le impide caer en la imitación. Retorna a la originalidad que hasta ahora había caracterizado a nuestra estética por el mismo procedimiento de Ricardo Miró: asocia a la creación artística un profundo sentido nacional.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Nochebuena Dulce

Durante estas fiestas siempre recuerdo el cuento de mi abuelo "Nochebuena Dulce". El cuento ganó el Concurso de Cuentos de Navidad de la Estrella de Panamá. Da la casualidad que el segundo premio fue para Stella Sierra por el cuento "Con los pies descalzos". Siendo el cuento uno de mis favoritos dentro de la colección de "Luna en Veraguas", quería compartir las impresiones de Stella Sierra, la primera ganadora del premio en la Sección Poesía del Concurso Nacional de Literatura Ricardo Miró.

Stella Sierra cubrió durante algún tiempo la sección "El Mundo de las Letras" en el diario Mundo Gráfico. Allí fue donde publicó una cronica titulada: "Mario Augusto, cuentista nacional".

Conocí a Mario Augusto a raiz de un Concurso de Cuentos de Navidad que auspicia "La Estrella de Panama" —corría el año 1944 — en el que resultamos vencedores él con su "Nochebuena Dulce" que relataba los incidentes nada azucarados de un muchacho huérfano; yo con el monólogo o casi monólogo de una muchacha que tenía"Los pies descalzos".

El encuentro se verificó en Santiago de Veraguas, capital de su provincia natal, donde transcurrfan las vacaciones del joven escritor y fue muy breve ...

Después vinieron nuevos cuentos de Mario. Acusaban, como los anteriores, una sensibilidad poco común y un modo muy particular de llegar a la esencia, a la entraña misma de lo nacional. Porque Mario Augusto encontró su vena en el campo regional. Un regionalismo que — como lo expresa el crítico Rodrigo Miró — más que en el léxico, en lo exterior, esta en la médula, en la savia que corre por las palabras.

Y triunfó Mario Augusto con otros cuentos: "la Pollera de Flores Moradas" , cuyo motivo es la fiesta momesca, y con una poesía con aromas de Fray Luis destinada a cantar la belleza de una Reina de Provincia.

De nuevo las circunstancias nos situaron cerca. Pero esta vez no se trataba de otro concurso. Coincidíamos como alumnos de la Universidad en un aula donde se explicaba literatura. Allí ratifiqué ese afán de superación que radica en la vida de Mario Augusto y que hace traslucir su obra. Es un descontento. No se reclina en el talento de que se sabe dotado. Aspira a formarse una propia cultura que le permita sortear más certeramente su destino de hombre americano. Desea subir, subir. Por eso con el estudio vino la reflexión, la madurez del escritor. Mario Augusto comenzó a guardar por más tiempo sus papeles, a limarlos, a corregirlos. A exigirse más. Y eso que tropezaba — aún tropieza — con los afanes de su labor periodística que no es muy propicia para la laboriosa meditación.

Ahora llega a mis manos su libro: el primer libro de Mario Augusto. Un manojo de cuentos que se titula "Luna en Veraguas". No necesita el espaldarazo de la crítica pues esta se le ha entregado ya con creces. Confieso que de entre todos — no obstante la maestría de "Chicha Fuerte", de "Sequía", verdaderas xilografias nacionales— "Nochebuena Dulce" , aquel milagroso relato de Sindulce que rodaba de un lado para otro completamente vacío de pasiones y de emociones, me seduce.

Mario Augusto, acicateado por su curiosidad intelectual, partirá para alguna tierra extranjera. No importa que esta sea Buenos Aires, Italia, la misma tierra nortena. De una cosa estamos seguros: desde allá, por sobre la tela de bruma y de la distancia que lo separe de la Patria, nos ha de hacer llegar otro libro — poesía, cuento, novela? — nutrido de un veraz sentimiento panameño puesto que la lejanía no hace más que poner de relieve lo que se añora.

sábado, 14 de agosto de 2010

Rodrigo Miró y la literatura chola

Cualquier comentario estimulador cuando uno empieza es de gran agrado. Uno de los que pienso mi abuelo apreció mucho fue el siguiente de Rodrigo Miró aparecido en Suplemento Literario "Artes, Ciencias y Letras" que aparecia en las ediciones dominicales del diario El Panamá América.

"Dueño de una obra que le asegura destacado
puesto en la historia de nuestra literatura y que
anuncia grandes cosas para el porvenir, Mario Augusto
aparece como una de las mas interesantes figuras de
las letras panameñas de hoy

Ganado para la literatura desde su temprana adolescencia,
Mario Augusto comenzó a publicar poemas
y cuentos en revistas estudiantiles y en los órganos
de nuestra prensa periodística. Pero su nombradía
nacional es reciente, producto de sus repetidos
triunfos como poeta y cuentista en concursos literarios.

"Enfrentados a su obra resulta difícil insinuar
preferencias porque el poeta y el cuentista son necesarios
a la expresión total de su temperamento y
posibilidades de escritor. Prosa calida y personal,
verso atrevido y feliz aunque de ritmo a veces áspero,
Mario Augusto representa en la literatura panameña
actual uno de los signos promisores de la insurgencia
espiritual de nuestro interior.

"Producto parcial de la Normal de Santiago, su
obra de artista es ejemplarmente fiel a nuestra realidad
semi-urbana y campesina pero en términos que
rebasan cualquier mezquino intento de filiación localista
no obstante su indiscutible lealtad para con
la patria chica. Es que en Mario Augusto apunta lo
que yo llamaría nuestra "literatura chola", tomando
el vocablo en un sentido profundo y esencial. Por
que en su obra se aparta inteligentemente de ese
pintoresquismo léxico que para algunos escritores
nuestros parece ser la cuestión modular.

La esencia panameña e interiorana de la obra
de Mario Augusto esta en el tono y la emoción, en
ese reflejar, acaso inconscientemente, el drama y
la angustia de un sector de nuestro pueblo que advierte
de pronto frustrado su destine por. obra y gracia
de un Estado que ha ido desarticulando de modo
lento y seguro la espina dorsal de la nación.

Y todo ello sin deslustrar la voz de su puro
lirismo. mestizo donde la tendencia ensoñadora y la
preocupación amorosa son modos consustanciales del
ser.

sábado, 6 de marzo de 2010

Logros Profesionales

Recojo una de las respuestas relacionada a los logros profesionales de mi abuelo acerca de sus logros profesionales.

¿Cuál es su mayor logro profesional?

No es frecuente que el periodista pueda alcanzar logros individuales. Generalmente, para alcanzar algun éxito se requiere la intervencion de otros periodicos y periodistas y también que otros sectores de la comunidad contribuyan para alcanzar logros importantes y trascendentes. Creo haber contribuído a la realización de campañas exitosas como la apertura del corredor bajo jurisdicción panameña a traves de la Zona del Canal para el tránsito entre la capital y el interior de la República con la eliminaci6n de la doble placa y de la doble licencia de conductor; al rechazo del Convenio Filós-Hines; a la defunción de la jurisdiccióm norteamericana sobre el área del canal interoceánico y a la re-creación de la Escuela de Periodismo en la Universidad de Panamá. Incluso podría envanecerme de haber expuesto ideas y criterios que coincidieron con los que dieron lugar a la creación del diario "La Prensa", como los que publique en mi crónica del martes 10 de Julio de 1979. Mas no recuerdo ningún logro que pueda considerar como propiamente mío.

domingo, 20 de diciembre de 2009

20 Diciembre de 1989

Creo que la invasión de Estados Unidos a Panamá fue el evento que más marcó la producción literaria de mi abuelo en sus últimos años. Mi abuelo escribió ensayos, novelas, cuentos y poesías todos denunciando la invasión.

Adjunto la respuesta a la entrevista hecha por Belkys Cardose a mi abuelo.

¿Que impacto le ha causado la intervención norteamericana y cómo influyó en la elaboración de su novela?

Sentí la invasión de las fuerzas armadas extranjeras como un impacto torturador y ultrajante que penetró profundamente en mi espíritu y en mi carne. Mas angustiosamente doloroso aún fue comprobar que las víctimas inmediatas del ataque militar estadounidense fueron los hombres, mujeres y niños de un barrio humilde como El Chorrillo en donde yo había conocido a honrados
trabajadores y sus familiares cuando, en dos ocasiones, viví y trabajé con ellos. Por eso sentí que también yo había muerto en cierta forma como cualquiera de los chiquillos, de los viejos o de los jóvenes a quienes había visto llorar y reir, sudar y disfrutar con el sano regocijo de quienes poco o nada tienen pero gozan intensamente la satisfacción de vivir. Esas emociones, que se ahondaron e intensificaron mientras recogía informaciones para mi obra anterior — "La Operación Just
Causa en Panamá" — influyeron directamente para generar la necesidad de recoger con todos los recursos a mi alcance — los cuentos de "Los Ultrajados", los poemas
de "Sordo Clamor" y la novela "Negra Pesadilla Roja" — las impresiones que en mi sentido y conciencia de panameño produjo la agresión militar contra mi nación y mi pueblo.

viernes, 16 de octubre de 2009

Nuevos Campesinos

Buscando dentro de las publicaciones de mi abuelo encontré este artículo publicado en El Panamá América el jueves 26 de Febrero de 1970. Me ha llamado la atención por los ideales que tenía mi abuelo acerca de la Reforma Agraria y su convicción por el nuevo campesino. Reproduzco a continuación el artículo.


Declaraciones.

Entrevistado por uno de nuestros más ágiles periodistas, el ingeniero Nilson Espino, Director de la Reforma Agraria, hizo al noticiero de TV-2 interesantes declaraciones en torno a la labor realizada por la comisión a su cargo, especialmente en cuanto a lo que se refiere a la organización y funcionamiento de los Asentamientos Campesinos. Me interesó sustancialmente su exposición en cuanto a la nueva mentalidad, la nueva conciencia que está surgiendo en la gente de la campiña y que abre los brazos y el corazón a la lucha por una vida mejor, con mayor sentido de responsabilidad, pero también con mayor convicción de sus derechos. No se trata sólo de tener tierras propias y cultivarlas, sino de ganar la plena condición ciudadana que tradicionalmente les había sido mistificada por los sistemas polipartidistas tradicionales.

Acción integral. Hizo énfasis, el ingeniero Espino, en que la Reforma Agraria no puede limitarse a una simple distribución de tierras. Tampoco bastan la concesión de créditos y la asistencia técnica. Se requiere sobre todo la acción propia del mismo campesino para organizarse, renovar fuerzas, utilizar capacidades y recursos para ponerlos en acción constructiva para la conquista no sólo de una existencia materialmente mejor, sino también de una nueva personalidad despierta, activa, alerta ante la realidad social, ante la situación del país de que ellos también son parte, para el planteamiento de derechos legítimos y la satisfacción de aspiraciones justas. La verdad reforma agraria es la que orienta, estimula y levanta a un hombre nuevo en la campiña interiorana.

Doctrinas. Cabe señalar que no se trata sólo de un concepto del ingeniero Espino. El propio general Torrijos, gestor y orientador de la revolución, ya lo dijo muchas veces: lo importante es despertar el espíritu dormido del hombre humilde; lo trascendente es arrancar a las grandes mayorías de nuestro pueblo de la resignación y de las tradiciones negativas, de las supersticiones y sometimientos, de la timidez política y espiritual para hacer de él un hombre entero, derecho, libre, verticalmente decidido a conquistar lo que es suyo, no gracias a la limosna del gamonal, sino mediante la utilización adecuada de sus capacidades físicas y mentales.

Revolución. Una revolución constructiva consiste precisamente en eso: en la liberación del hombre. En nuestro caso, cada campesino que se encuentra a sí mismo, que adquiere conciencia plena de su calidad de hombre su condición de ciudadano, es un revolucionario en acción. Ese hombre se encargara de ampliar e intensificar el proceso de reforma agraria que iniciaron tímidamente algunos gobiernos políticos y que está elevando, profundizando y fortaleciendo el proceso revolucionario; será ese campesino revolucionario, ese nuevo hombre conciente de sus valores y capacidades el que ya nunca permitirá que lo esclavicen y encadenen, ni siquiera con las sutiles artimañas en que es tan ducha la caciquearía criolla.