Para esa pregunta hay una respuesta clásica en la que creo coinciden tanto los escritores profesionales como los aficionados: leer, escribir, revisar y corregir
Naturalmente, la base es la aptitud del interesado en escribir. Si realmente existen la vocación
o la capacidad natural para crear literatura, la persona escribe por impulso espontáneo e indominable. A menos que se trate de facultades geniales, los primeros intentos estarán saturados de limitaciones, de errores, de inutilidades. Para corregir esas debilidades iniciales es necesario continuar escribiendo y revisar severamente, exigentemente lo que se escribe. Es decir, buscar defectos, autocriticarse con rigor. Para esa labor es necesario leer mucho y leer obras de la mejor calidad posible, incluyendo desde obras clásicas hasta autores modernos.
La lectura no solo proporciona ejemplos de forma y de fondo sino que paralelamente enriquece el vocabulario. Mientras más extenso y rico es el vocabulario del que escribe — tanto profesionalmente como en condici6n de aficionado — más eficiente será su capacidad para expresar ideas en forma interesante y atractiva para el lector. La lectura sirve, además,
como estímulo para el desarrollo de la imaginación y para ampliar el campo de los conocimientos.
-- Panamá 16 de Octubre 2002.
1 comentario:
siempre vigente.
gracias
Publicar un comentario