jueves, 31 de julio de 2008

Sol y Sombra de Omar Torrijos Herrera

La FUNDACION OMAR TORRIJOS invita a la CENA DE RECORDACION con motivo del 27 aniversario de la desaparicion fisica del General Omar Torrijos Herrera.

Fecha: jueves 31 de Julio de 2008,
Hora: 7:00 pm,
Lugar: Gran Salon del Hotel Sheraton (Via Israel), Ciudad de Panama.

Donacion de B/40.00, 60.00,o 100.00 por persona..En este evento se hará la presentación del libro: "SOL Y SOMBRA DE OMAR TORRIJOS HERRERA", obra del insigne periodista y catedrático Mario Augusto Rodríguez V.

domingo, 27 de julio de 2008

La Noticia No Muere

El domingo 25 de noviembre de 1979, con el título de “La noticia no muere”, publiqué las siguientes observaciones:

Enseñanza
Entre las muchas enseñanzas que recibí del Lic. Manuel María Valdés en la redacción del diario La Hora, una de las fundamentales era la relacionada con la existencia propia de la noticia. Luego tuve la oportunidad de comprobar que todos los grandes periodistas, que fueron casi siempre “maestros” del periodismo, insistían también en que la noticia tenía existencia propia y no podía ser ocultada, ignorada ni muerta. Es decir, que la existencia de la noticia no depende de los periódicos ni de los otros medios de comunicación; por el contrarlo, son los medios informativos los que dependen para su subsistencia de la noticia. Es ingenuo y tonto, e inclusive podría ser trágico tratar de eliminar la existencia de la noticia, haciendo creer que se ignora lo que ha
ocurrido, porque eso significa lesionar la propia estructura del periódico, el carácter del medio noticioso. Aunque los periódicos impresos, radiales o televisivos se nieguen a recoger y publicar, interpretar y explicar, la noticia sigue viva, porque ella es el hecho, el suceso, y ellos, siempre acaban por ser conocidos, aunque los medios de comunicación no existan. Como la noticia no es
solamente el hecho, sino también sus causas y consecuencias, el periódico que trata de ignorarlos o que se niega a publicarlos, está negándose a sí mismo y se expone a perder la confianza y la fe del público en su capacidad de cumplir oportuna y eficientemente la función que le corresponde.

Desinformación
A través de diferentes recursos, métodos y sistemas, la noticia puede ser desconocida e ignorada, con premeditación o por falta de dedicación de los periódicos o periodistas, pero además, puede ser tergiversada, mistificada o desvalorizada. Paradójicamente, la desinformación la realizan precisamente los medios encargados de informar. Aunque muchas veces la labor desinformativa está promovida por intereses ajenos a los trabajadores de la prensa, su realización no puede ser efectiva sin la cooperación de esos mismos trabajadores. Para que las autoridades, los intereses empresariales, las conveniencias políticas partidistas, puedan obstruir o impedir la publicación de las noticias o su tergiversación, es necesario que uno o más periodistas, en los diferentes
medios de comunicación social, sirvan de instrumento para ello. Pero incluso con la participación o la omisión de todos ellos, la noticia sigue existiendo y acaba por ser conocida más temprano que tarde, aunque casi siempre con proyecciones negativas.

miércoles, 23 de julio de 2008

Modelos de Periodistas

-- ¿Quienes influyeron en su labor periodística como modelos a seguir?

-- Los veraguenses José Isaac Fábrega y Nacho Valdés fuereon inspiradores de mi interés por el periodísmo. Conocí la labor periodística y la condición de veraguenses de esos distinguidos maestros desde que leía sus editoriales y crónicas en la Biblioteca Municipal de mi pueblo. Posteriormente, ya al inicio del ejercicio profesional del periodismo, fueron el Lic. Manuel María (Nen) Valdés y el doctor Harmodio Arias Madrid quienes más influyeron en mi concepción del periodismo como una responsabilidad para con la comunidad más que como satisfacción del simple placer de escribir y de comunicar mis ideas e impresiones. Nen Valdés en el meridiano "La Hora" y el Doctor Arias en "El Panamá América" fueron más que directores o jefes, orientadores y maestros, consejeros y estimuladores para el cumplimiento de las tareas como redactor, cronista y editorialista de esos periódicos. La de ellos fue una poderosa y fecunda influencia que perduró a todo lo largo de mi labor como profesional del periodismo.

-- ¿Por quienes guarda respeto y admiración profesional?
-- En el ejercicio del periodismo, respeto a todos los colegas desde los reporteros novatos hasta los veteranos directores. Creo que cada trabajador debe ser respetado en sus capacidades, en sus tendencias y aún en sus métodos y sistemas de trabajo porque hasta los cargos más elevados dependen en algún grado de los más humildes y sencillos. Admiro a quienes trabajan con entusiasmo y consagración y se esfuerzan por superar cada día sus conocimientos y capacidades. Si he de mencionar algunos nombres, debo añadir a los ya enunciados como inspiradores y maestros, los de compañeros tan estimados como Gil Blas Tejeira, Arquímedes ("Fat") Fernández y Luis Manuel ("Lucho") Botello.

-- ¿Qué ha significado para usted ser periodista?
-- Para mí, el periodismo es una forma de ampliación de la tarea educativa que adopté por vocación. Es una oportunidad de dialogar con mucha gente: es decir, de escuchar, de tratar de comprender y de ofrecer informaciones y opiniones con el propósito de ayudar a la formación de criterios y conceptos y de expresar ideas. Por eso cuando escribo siempre tengo presente que se aprende cuando se enseña. Durante más de medio siglo me he sentido como unmedio para que unos se expresen y se comuniquen con otros. Entiendo el periodismo como un magisterio que no tiene las limitaciones de las aulas, de los planes de estudio ni de los programas de enseñanza.

jueves, 17 de julio de 2008

Nacho Valdés y Luna en Veraguas

Ignacio de Jesús (Nacho) Valdés está considerado uno de los grandes maestros tanto de la literatura criolla como del periodismo radial e impreso en Panamá. Siempre he considerado que su obra ha estimulado mis aficiones a la literatura tanto como mi prolongada incursión en el periodismo profesional. Por ello, es motivo especial de orgullo que también se haya ocupado del primero de mis libros.

En marzo de 1949, en una crónica tituladad "Luna en Veraguas", Nacho Valdés opinó:

Se terminó la impresión de este libro, en tiraje de 2.500 ejemplares, el día 7 de octubre de 1948, en los talleres de la Imprenta Nacional.


He allí el colofón del libro que Mario Augusto puso en mis manos un día cercano al 7 de octubre de 1948.

Estaba perfumado con el aroma de la tinta fresca; yo no sé si él lo notó, pero mi primer impulso al recibirlo con manos y corazón agradecidos fue acercarlo a nuestro rostro para sentir ese efluvio para mí más caro y preciado que los más costosos perfumes del Oriente o del Sur de Francia.

Luna en Veraguas. El nombre resonó en mi corazón como una canción de plata y oro: me trajo la infancia lejana y perdida. Puso en mis manos el hilo de la cometa, el "alcarreto" del trompo o de la "mona" zumbadora y me sumergió en las frías aguas de Los Charcones.

Luna llena asomándose a través de los mangos o corotúes. Luna en mi tierra despidiendo el camino blanco que sale del campito tranquilo... o saludándolo a su regreso del pueblo.

Luna que hace todas las cosas del mismo color, color de gloria, color de infancia.

Esa es la portada del libro del querido coterráneo y fraterno amigo.

No lo hojee delante de Mario Augusto. Quería tener esa fuición a solas. Quería que sus páginas, llenas de recuerdos suyos y míos, de emociones, de cóleras y lágrimas, de idilios y tragedias, suyos y míos, me arroparan, por así decirlo, en la soledad.

Yo le agradezco a Mario Augusto que uno de sus mejores cuentos, si no el mejor, SEQUIA, me lo hubiera dedicado, no ahora en el libro que acaba de publicar, sino hace muchos años. Allí tengo el recorte, entre mis prendas más queridas. Es de "Mundo Gráfico". Está muy amarillo, casi deshaciéndose.

Comenzaba Mario Augusto a asomarse al mundo, tan nuestro! de las mociones que tratamos de traducir con palabras que siempre nos dejan un sedimento de descontento.

Sequía, cuento que he leído tántas veces!... A través de mis labios recibió una clamorosa y sincera ovación en tarde memorable, en la Ciudad Heróica y Amurallada, Cartagena de Indias, donde existe simpática curiosidad por conocer a Mario Augusto, a quien les presenté breve pero cordialmente cuando en el curso de mi disertación dije:

".... en la Escual Normal Juan Demóstenes Arosemena, realización de la leyenda de la Luz del Llano ha comenzado a justificar su existencia. Abre la marcha Mario Augusto Rodríguez: despierta nuestra curiosidad primero, nuestra admiración espontánea y sincera después, en sus versos que resumen aromas de nuestros campos; nos traen las timideces y los rubores de nuestras campesinas y la hombría legítima de nuestros labradoresa que saben trabajar, cantar, y querer ..."

Sequía que estremece y crispa los nervios de todo el que lo lee. La desesperación que no es cobardía, la blasfemia que no es pecado pero que Dios castiga inmisericordemente; la hombría hasta el sacrificio y el martirio: toda nuestra raza, todo nuestro estoicismo ante el dolor y la catástrofe y como fondo el paisaje trágico de la desesperanza.

Yo no quiero -- mejor dicho: no puedo -- ahondar en la crítica de este libro de Mario Augusto que nació donde yo nací, que siente lo que yo siento y que la mayoría de las veces no podemos expresar con las pobres e impotentes palabras.

Estas líneas fraternas son para decirle que me siento orgulloso de ser su coterráneo.

domingo, 6 de julio de 2008

Periodismo y Monseñor Brown

En Panamá como en otros países, algunos sacerdotes han incursionado en el periodismo, con mejor o peor fortuna. Recuerdo especialmente, porque era mi paisano y mi amigo, al Reverendo Carlos Pérez Herrera. El no sólo colaboró durante muchos años en diferentes periódicos sino que dirigió, con singular acierto, un seminario titulado El Lábaro.


Hasta donde estoy enterado, no es el caso de Monseñor Oscar Mario Brown, Obispo Auxiliar de Panamá. Pero sin ejercer el periodismo de manera formal, Monseñor Brown tiene muy claras y precisas concepciones de la misión y la responsabilidad de los medios de comunicación. Pero eso, quiero recoger en este capítulo referencias provenientes y dirigidas a Monseñor Brown, junto con otros comentarios que aunque no vinculados con él, recogen el producto de ciertas impresiones que sus pronunciamientos y orientaciones dejaron en este periodista.

El jueves 27 de marzo de 1986 publiqué en mi columna la crónica titulada “Carta de Monseñor Brown”, cuyo texto es el siguiente:

OPORTUNIDAD

Para nosotros los católicos, el día de hoy está henchido de profundo y elevado significado. Es un día de meditación, reflexión, y compenetración con los eternos valores del espíritu. Por ello, me parece oportuno compartir con mis lectores el mensaje, que con bondadosa generosidad, me ha enviado Monseñor Oscar Mario Brown Jiménez, Obispo Auxiliar de Panamá y Presbítero de la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe. En ocasiones anteriores, manifesté mi satisfacción, quizás mi pecado de orgullo o vanidad por contar con la orientación espiritual de un pastor tan eminente como Monseñor Brown. Él me dice ahora que “los pastores debemos caminar al frente de nuestro pueblo, señalarle metas trascendentes y estimularlos a alcanzarlos con la fuerza del Espíritu de Dios. Así el pueblo nunca se quedará anquilosado en los logros del momento por buenos que sean, ni adoptará actitudes fatalistas ni regresivas. Nuestra meta es la plenitud del Reino de Dios, la comunidad de hermanos unidos por el espíritu, bajo la paternidad de Dios.

IGLESIA Y PUEBLO

Agrega Monseñor Brown que “El pueblo panameño necesita de hombres que le comuniquen la fe en Dios y en el hombre; que sin desarraigarlo de la tierra y las preocupaciones humanas inmediatas, lo abran a la esperanza de los bienes definitivos. Esos que se alcanzan precisamente proclamándolos en el presente, celebrándolos en la liturgia y tratando de vivirlos en el compromiso social. La labor es enorme y está abierta a incomprensiones y desalientos. Por eso es grato encontrar en este desierto voces como la suya, don Mario Augusto, que son verdaderos oasis que nos abrevan en nuestra peregrinación.” Dejando a un lado las inmerecidas referencias que a mí me hace, ¡qué verdades tan sencillas pero tan profundas y de tanta trascendencia nos dice Monseñor Brown... Sobre todo qué manera tan sabia de fecundar con sentido social y humano el mensaje enaltecedor de la doctrina cristiana.

LOS PERIODISTAS

A nosotros los periodistas se dirige directamente Monseñor Brown; cuando señala que “si los pastores somos guías del pueblo también lo son los periodistas. El poder que poseen es inmenso. No sin razón se ha dicho que constituyen el cuarto poder del Estado. Su deber no es sólo informar sino formar al pueblo. No deben proponerle metas mezquinas ni halagar sus pasiones ni dejar que se instale en la mediocridad sino anunciaré la buena nueva del ideal elevado que ya se ve en lontananza y estimularlo con su verbo a alcanzarlo. El periodista como profeta, debe ser centinela de su pueblo para llamarlo a la conversión y denunciar todo lo que atente contra la vida del mismo. Si es creyente, sabe que ha recibido de Dios una “lengua de discípulo para que haga saber al cansado una palabra alentadora” (Is. 50:4). Su única arma será el verbo y procurará esgrimirla en favor de los débiles y de los que carecen de voz.”